Es una noche oscura,
la guardia realiza su ronda con normalidad y son pocos los ciudadanos
de Alion que se aventuran fuera de sus hogares después del toque de
queda, pues se exponen a ser detenidos o algo peor por romper la paz
de Axis. Sin embargo una oscura figura recorre las calles hasta
llegar a un imponente caserón en el que entra tras dar el santo y
seña. Guiado por un criado se reúne con un hombre mayor que vigila
la ciudad desde la ventana de una habitación casi en penumbra.
Sobran las presentaciones, el hombre mayor habla sin siquiera darse
la vuelta ante los silenciosos pasos de su invitado.
-El cachorro no debe
morir, lo que una vez fue preservado, ha de sobrevivir.-
-Así sea. Todos
nuestros agentes defenderán su vida durante el conflicto. ¿Y el
otro?-
-De momento no es
conveniente actuar, habrá que esperar a una oportunidad adecuada.-
-Pero, mi señor, tal
vez pudiéramos acelerar los planes...-
-No, no ha llegado su
momento, aunque su sentencia sea firme, aún no. Aún es útil.-
-Si, mi señor, como
ordenéis.-
En el reino de Alion no
todo el mundo descansa plácidamente bajo la incontestable paz de
Axis. Hay figuras en la noche que, desafiando la ortodoxia del culto
y a pesar del riesgo de expulsión del reino, se reunen en oscuros
lugares donde se entrenan en secretas artes. Acaso se sienten inmunes
a los designios de Axis, libres de las cadenas que atan al más común
de los ciudadanos de Alion, pues no pertenecen al vulgo, son los
miembros del elitista y secreto Gremio de Sombras.
Poco se sabe de el objeto
de esta extraña hermandad, hay quien creen que buscan acabar con la
opresión ejercida por los poderosos, lo que les llevaría a
enfrentarse al culto de Axis; otros creen que su único objetivo es
atesorar el máximo poder en sus manos sin importarles el oscuro
camino a seguir; para algunos tan sólo son un depravado grupo de
aristócratas que han hecho del asesinato un cruel deporte en el que
competir para hacer frente al hastío de una vida regalada.
Sea como fuere, se sabe
que esta exclusiva hermandad ha ejercido la influencia necesaria para
decidir sobre el destino de algunos hombres del reino, ya fuera
preservando su vida, pues parece ser que la vida de algunos hombres
es preciosa para sus oscuros intereses; ya acelerando su encuentro
con los dioses, arte éste en el que son expertos consumados.
Es también conocido que
hay quien ha intentado comprar los servicios del Gremio para sus
propios fines, ya fueran para medrar en política o para dar caza a
algún enemigo. Pero esta es una acción no exenta de peligro, pues
si bien ha habido encargos aceptados y cumplidos con extrema
pulcritud, en otras ocasiones el infeliz que lo ha intentado ha
aparecido colgado de uno de los puentes de la ciudad con los
bolsillos repletos del oro que pretendía ofrecer para comprar al
Gremio. Así de extraña es la naturaleza del Gremio de Sombras, una
verdadera daga de doble filo para quien osa acercarse a ellos.