viernes, 8 de abril de 2011

Competir o no competir, he ahí la cuestión



deporte.

(De deportar).

1. m. Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.

2. m. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.


Una vez más recurro a la RAE para iniciar una entrada, esta vez queriendo reflexionar sobre lo que se considera el deporte. Y una vez más, me encuentro con que la definición que se muestra se corresponde fielmente con lo que yo pienso. Desgraciadamente, no todo el mundo conoce la RAE o, por lo menos, no es de mi misma opinión.

Me explicaré, desde hace ya unos años practico un deporte con asiduidad, de hecho soy instructor del mismo, por lo que este deporte está muy presente en mi vida. Disfruto de la práctica del deporte y, en mayor medida, de su enseñanza; pero la competición, otro aspecto relacionado con el deporte, carece de todo atractivo para mí.

Supongo que, siguiendo la definición de la RAE, la práctica que realizo se enmarca más en el "juego" o directamente más relacionada con la segunda acepción: recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico. 

Pues bien, este tipo de práctica no parece ser comprendida por un importante número de deportistas. Ya hace años leí que "aquel que practica un deporte sin aspirar a la competición, está perdiendo el tiempo", y  hace poco me he encontrado con varias opiniones en esa dirección. En principio podrían ser simplemente opiniones divergentes frente al deporte, pero me he dado cuenta de que hay deportistas que son incapaces de entender siquiera la práctica sin la intención última de vencer en un enfrentamiento, sin  competición.

No quiero decir con esto que cuando yo practico no busque ganar, pues creo que es natural querer ganar cuando se participa en cualquier clase de juego o deporte; pero que el fin último de la práctica sea la victoria y nada más que la victoria, me parece que es perder una dimensión lúdica muy importante.

He visto a muchos deportistas sufrir ante una derrota, frustrarse por no haber conseguido el resultado deseado, perder los papeles ante un encuentro desafortunado e incluso forzar el reglamento para acercarse lo más posible a la victoria. Nada de esto me fue agradable de ver y tampoco me pareció que ellos disfrutasen del momento. Es más, he visto que la competición ha sacado lo peor de muchas personas en su ciego afán por ganar. Ejemplos de hasta donde se esta dispuesto a llegar por la victoria los tenemos en los escándalos de dopaje que suelen salpicar al deporte de élite.

Este ansia por la victoria, lejos de estar basada en la autosuperación, lo que acarrea es un sentimiento competitivo que hace pensar en cualquier otro participante como en un enemigo personal y que puede acarrear una importante frustración de no obtenerse resultados. 

Sin embargo, pienso que otra manera de ver el deporte es posible, una manera que nos haga disfrutar del tiempo libre que invertimos en su práctica y que no nos lleve a tener otra "obligación" o "trabajo" en nuestro momento de ocio. Que nos permita alegrarnos con el esfuerzo invertido en una actividad cuya práctica es el fin en sí mismo. Practicar por el hecho de la práctica, no por conseguir un título o medalla. Con la única presión que cada uno quiera invertir en ello, sea esta poca o mucha.

Yo quiero poder enfrentarme con alguien y disfrutar de nuestra competencia, gane o pierda, sin mayores presiones, no las necesito para disfrutar más. Para mi es muy agradable ver como un contrincante ha lidiado con habilidad y respeto, competir en un ambiente amistoso, no de enemigos a muerte, sin "malos rollos". Y después poder tomarme una caña en el bar de enfrente comentando la "jugada". Eso es para mi el deporte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario