lunes, 26 de septiembre de 2011

"Ideas, ideas, que tan solo en la mente atrapadas quedan,
ideas que no llegan a plasmarse en este folio digital, 
hay tanto por escribir y tal ausencia de voluntad,
que no se si habrá momento en que las llegue a ejecutar."



Así me encuentro en estos momentos, sin ganas de escribir, pero hay una pequeña voz que me llama y pide que no abandone este espacio, ni la costumbre de escribir, aunque sea un poco, para que no se muera el espacio por ausencia de creador.

No voy a extenderme mucho, pero quisiera dar noticia, aunque sea en este espacio tan indefinido, de que tras mucho tiempo vuelvo a hacer mía esa expresión de que el tiempo pone a cada cual en su lugar. Mas no se piense que por ansia vengativa o de justicia cruel, todo lo contrario, una brisa del pasado regresó para resarcir su repentina huída largo tiempo atrás. Así ha quedado cerrado un capítulo inacabado que a pesar del tiempo, quisiera la memoria que no fuera olvidado.

Desconozco el motivo de tan cantarín discurso, especialmente dado el lugar donde me encuentro retenido, pero quién sabe lo que nos depara el futuro, que siempre llega, aunque nunca sabemos cuando.

AS

domingo, 31 de julio de 2011

Un verano en el verano


Hace ya demasiado que no escribo, la verdad es que me están exprimiendo las ganas de escribir en mis estudios de euskera, y ni ganas de acercarme por aquí me quedan. Espero que cuando logre el Eusko-label pueda recuperar la costumbre de pasarme por aquí y dejar mis comentarios.

De momento disfruto del descanso estival respecto al euskera, en las tierras de verano, un caluroso Madrid donde el cielo es azul todos los días y se desconocen las nubes. Un lugar verdaderamente agradable viniendo de las tierras del frío invierno. Aunque, a decir verdad, poco descanso encuentro en un intensísimo curso de esgrima que, si bien me alegra estar haciendo, me está matando por agotamiento.

Eso sí, no hay como moverse y ver mundo para sentirse vivo, es más, creo que el horizonte de mi mundo va a expandirse convenientemente gracias a esta experiencia.

Me alegro de estar vivo, si sobrevivo a esto, claro. :)

domingo, 29 de mayo de 2011

Estadística del absurdo


Hace ya mucho tiempo que fui torturado con tener que estudiar estadística descriptiva y probabilidad, gracias a Dios aquello sólo duró cuatro años... Ya en aquella época dudaba de la veracidad de aquellos postulados y fórmulas. Como aficionado a juegos en los que se utilizan pruebas de azar, también en ese ámbito note que la estadística era una ciencia abstracta y la "suerte" una realidad que hacía lo que le daba la gana sin hacer caso alguno a los que las fórmulas dictasen.

Así que pensé: "Da igual que probabilidad tenga un suceso dado, la moneda puede caer 10 veces seguidas de cara"

De esa observación deduje una norma de probabilidad reducida o ampliada al absurdo, esto es: "Un suceso dado puede pasar o puede no pasar". Lo que nos deja las cosas entre dos opciones, osea un 50% de cada cosa. Y que las cosas si suceden, es porque tenían gran probabilidad de suceder, fueran cuales fueran los cálculos. Todo esto puede parecer una total tontería, pero bien visto, en nuestra vida a veces las cosas pasan sin que estadísticamente tengan ningún sentido, así que ¿por qué darle mayor sentido a la estadística?

Todo este razonamiento absurdo podría no haber trascendido de no ser por la lectura de un libro sobre filosofía que ponía en duda, al igual que yo,los conceptos de la estadística y la probabilidad. Y es que en ese libro un sesudo filósofo postulaba que las cosas puede o bien ocurrir o bien no ocurrir, sin importar sus probabilidades. Se trata sin duda del mismo pensamiento, o de la misma tontería, según se mire; pero que bien se queda uno cuando lee sobre algo que ya tenía en su propia mente.


Dios o los pimientos verdes


Es bien sabido que vivimos en un mundo donde la razón actúa como eje de nuestro pensamiento, y cómo ser de otra manera en un mundo donde la ciencia lo empapa todo. Es por ese motivo que aquellos que tienen fuertes creencias espirituales o metafísicas parecen querer casar ese racionalismo con algo como el sentimiento religioso. Supongo que es la manera de obtener la aprobación del pensamiento racional ante sentimientos que se escapan del ámbito de la razón por su propia naturaleza.

Pero hay un punto especialmente molesto donde también se realiza esta labor de otorgar una envoltura racional al ámbito religioso, se trata de el proselitismo religioso. En mundo donde se nos acostumbra a aceptar cualquier concepto científico cual dogma de nuestra civilización, aunque al más común de los mortales pueda parecerle cosa de magia, ¿cómo no aprovechar ese discurso para introducir la idea de Dios a través de argumentos racionales? Racionales digo, aunque lo sean únicamente en apariencia, así se utilizan argumentos que apelan a la lógica, a la ciencia o hasta al más burdo chantaje emocional. 

Y digo yo, ¿es que existe algún argumento de peso que me haga creer en Dios o seguir los dogmas de una religión? A mi entender no, y es imposible que exista tal cosa. Es aquí donde introduzco los pimientos verdes. El gusto por comer pimientos verdes es personal, hay a quien le gustan y a quien no, y punto. ¿Cabría la posibilidad de encontrar un argumento que explicase mi gusto por comer pimientos verdes y a la vez convenciese a alguien de que han de gustarle? Lo dudo, es algo que no se puede ni explicar, ni transmitir. Lo único que puedo decir es que a mi me gustan los pimientos verdes y que te recomiendo probarlos. 

Se que comparar a Dios con un gusto culinario puede parecer ridículo, pero a mi entender es igual de ridículo el intentar convencer a alguien de que crea en Dios como de que le gusten los pimientos verdes.

domingo, 1 de mayo de 2011

El arte de la esgrima


Aunque ya he hablado de esto, de lo que supone la práctica del deporte, quisiera matizar algo más la idea que tengo al respecto. Y aquí sí quiero dejar claro que me refiero a la práctica de esgrima, no de cualquier otro deporte; aunque tal vez mis reflexiones pudieran adoptarse también para otras disciplinas. Pretendo hacer notar la diferencia entre la competición deportiva y la práctica como aprendizaje de un arte.

Con el objetivo de conseguir una buena marca, si no la mejor, en una competición, se realiza un gran esfuerzo de entrenamiento y concentración. En el caso de lograr el objetivo, se disfruta de un momento de gloria. No obstante, en mi opinión personal este efímero momento de gloria requiere de un esfuerzo y sufrimiento, tanto propio como de los contrincantes, que no compensa en absoluto. Es claramente una cuestión de prioridades, pero en mi cálculo inversión/beneficio no obtengo un resultado que me agrade. Es por ello que no me convence la competición.

Es más, si nos adentramos un poco más en su aspecto filosófico, ese momento glorioso requiere necesariamente de frustrar y derrotar a un adversario que juega bajo las mismas reglas y busca la misma meta. Voy a depender constantemente de causar la derrota del contrincante. Esta situación es insostenible, pues nadie puede vencer siempre, por lo que puede acarrear una frustración que termine por apartarnos de la competición. Caso  este de algunos maestros que no compiten, pues es la única manera de esquivar la derrota.

Para continuar con el discurso definiré otra visión que considero puede tener la práctica de la esgrima, esto es: el arte de la esgrima. Apreciar la esgrima como un arte donde se consigue disfrutar del desarrollo de la frase de armas, del enfrentamiento de dos destrezas que buscan crear una estocada bella. 

Este arte es igualmente efímero, pero busca agradar a los dos contendientes. En verdad yo disfruto de una estocada bien ejecutada, ya sea propia o ajena. En este juego que es el duelo simulado se aprende y disfruta de la belleza del combate, sin importar quien vence. Si somos los que perdemos, tendremos la oportunidad de aprender de nuestros errores o de las destrezas del adversario. 

No quiero decir que en este tipo de arte no se busque la victoria, pero se discrimina el tipo de victoria que se consigue, puesto que demostrar la destreza de una bella estocada es más complejo que simplemente alcanzar al adversario con la punta de nuestra espada.

Por otro lado, todo el esfuerzo invertido en mejorar nuestra destreza será un bien que perdura, que no desaparece con el fin del combate; puesto que disfrutar de una estocada es un gozo que se puede disfrutar siempre, pues sobrepasa los límites de la capacidad física, es algo que implica un conocimiento del acero, algo que sólo puede aumentar con el paso del tiempo.


sábado, 30 de abril de 2011

Líneas rectas



Esto es un estracto de uno de los libros que he leido esta Semana Santa. Es una idea que yo mismo comparto desde hace tiempo y que transcribo aquí porque me ha gustado el modo de expresarlo. Un par de personajes conversan en un viaje a un espacio natural protegido al que acuden como turistas:

"-Qué alivio, estar lejos de líneas rectas-dijo un hombre delgado.
-¿En qué sentido?-preguntó Hari, fingiendo interés.
-Bien, las líneasrectas no existen en la naturaleza. Es preciso que los humanos las pongan allí.-Suspiró-.¿Me encanta estar libre de las líneas rectas!

Hari pensó en las agujas de pino, los estratos de roca metamórfica, el borde interior de una medialuna, los sedosos mechones de una telaraña, la línea de una rompiente, los diseños de los cristales, las blancas vetas de cuarzo sobre losas de granito, el horizonte de un lago en calma, las patas de las aves, las espinas del cacto, la embestida en flecha de un ráptor, los troncos de los árboles jóvenes, los jirones de nubes arrastradas por el viento, las fisuras en el hielo, los dos lados de la V de las aves migratorias, los carambanos."

Extraido de "El temor de la Fundación" de Gregory Benford.


Y es que, en la idea bucólica de la naturaleza que tiene el urbanita no hay espacio para la línea recta.

viernes, 8 de abril de 2011

Competir o no competir, he ahí la cuestión



deporte.

(De deportar).

1. m. Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.

2. m. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.


Una vez más recurro a la RAE para iniciar una entrada, esta vez queriendo reflexionar sobre lo que se considera el deporte. Y una vez más, me encuentro con que la definición que se muestra se corresponde fielmente con lo que yo pienso. Desgraciadamente, no todo el mundo conoce la RAE o, por lo menos, no es de mi misma opinión.

Me explicaré, desde hace ya unos años practico un deporte con asiduidad, de hecho soy instructor del mismo, por lo que este deporte está muy presente en mi vida. Disfruto de la práctica del deporte y, en mayor medida, de su enseñanza; pero la competición, otro aspecto relacionado con el deporte, carece de todo atractivo para mí.

Supongo que, siguiendo la definición de la RAE, la práctica que realizo se enmarca más en el "juego" o directamente más relacionada con la segunda acepción: recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico. 

Pues bien, este tipo de práctica no parece ser comprendida por un importante número de deportistas. Ya hace años leí que "aquel que practica un deporte sin aspirar a la competición, está perdiendo el tiempo", y  hace poco me he encontrado con varias opiniones en esa dirección. En principio podrían ser simplemente opiniones divergentes frente al deporte, pero me he dado cuenta de que hay deportistas que son incapaces de entender siquiera la práctica sin la intención última de vencer en un enfrentamiento, sin  competición.

No quiero decir con esto que cuando yo practico no busque ganar, pues creo que es natural querer ganar cuando se participa en cualquier clase de juego o deporte; pero que el fin último de la práctica sea la victoria y nada más que la victoria, me parece que es perder una dimensión lúdica muy importante.

He visto a muchos deportistas sufrir ante una derrota, frustrarse por no haber conseguido el resultado deseado, perder los papeles ante un encuentro desafortunado e incluso forzar el reglamento para acercarse lo más posible a la victoria. Nada de esto me fue agradable de ver y tampoco me pareció que ellos disfrutasen del momento. Es más, he visto que la competición ha sacado lo peor de muchas personas en su ciego afán por ganar. Ejemplos de hasta donde se esta dispuesto a llegar por la victoria los tenemos en los escándalos de dopaje que suelen salpicar al deporte de élite.

Este ansia por la victoria, lejos de estar basada en la autosuperación, lo que acarrea es un sentimiento competitivo que hace pensar en cualquier otro participante como en un enemigo personal y que puede acarrear una importante frustración de no obtenerse resultados. 

Sin embargo, pienso que otra manera de ver el deporte es posible, una manera que nos haga disfrutar del tiempo libre que invertimos en su práctica y que no nos lleve a tener otra "obligación" o "trabajo" en nuestro momento de ocio. Que nos permita alegrarnos con el esfuerzo invertido en una actividad cuya práctica es el fin en sí mismo. Practicar por el hecho de la práctica, no por conseguir un título o medalla. Con la única presión que cada uno quiera invertir en ello, sea esta poca o mucha.

Yo quiero poder enfrentarme con alguien y disfrutar de nuestra competencia, gane o pierda, sin mayores presiones, no las necesito para disfrutar más. Para mi es muy agradable ver como un contrincante ha lidiado con habilidad y respeto, competir en un ambiente amistoso, no de enemigos a muerte, sin "malos rollos". Y después poder tomarme una caña en el bar de enfrente comentando la "jugada". Eso es para mi el deporte.


viernes, 25 de marzo de 2011

El viejo tema religioso



Ya hace unos meses que realicé un análisis de los que se puede entender por religiones. Ahora lo reviso y me doy cuenta de que su aproximación a la religión me parece adecuada, pero no del todo completa. Me explicaré, creo que obvié la idea misma de un ente o deidad supremo. Parece increíble el olvidarse de algo así, pero así de esquivos son los dioses, tanto que a uno se le escapan del contenedor de las ideas.

Pues bien, en otra ocasión también hablé de los "memes" o unidades funcionales de las ideas. Según esta curiosa teoría sobre las ideas, sólo perduran en el tiempo aquellas que son útiles para el individuo que las porta y tienen capacidad de transmisión. En referencia al tema que intento desarrollar, el "meme" Dios ha de tener sus ventajas, o de lo contrario no sería una idea tan resueltamente superviviente en la humanidad. 

A mi entender, la mayor ventaja que aporta al individuo es la de actuar como causante o responsable de una miríada de sucesos de nuestra vida. Esta idea hace que nos podamos despreocupar enormemente de toda la aleatoriedad a la que estamos expuestos. 

Si ser pesimista es un "meme" que nos lleva a sufrir casi constantemente, la idea de Dios nos permite  ponernos en "sus manos" para despreocuparnos de acontecimientos sobre los que no tenemos control. Es crear una herramienta mental que explica el universo, a la que hacemos responsable de todo lo que acontece, la causa causans de todo lo bueno o lo malo. Y esto significa que podemos respirar tranquilos, Él está ahí para que sigan girando las esferas, Él sabe todo lo que pasa y porque.

Así que no hay que dudar de su poder, es tremendamente beneficioso para el individuo con esta idea, de lo contrario, no sobreviviría.
Se puede argumentar que otro tipo de ideas son igualmente útiles para ese objetivo, el evitar que nos explote la cabeza de preocupación, pero tal vez no sean tan atractivas o carezcan de las vías de transmisión con las que cuenta este poderoso "meme".

Así las cosas, bien pudiera ser que en el dilema del tipo huevo y gallina sobre si qué era antes, Dios o la religión; tal vez la idea de Dios pueda venir antes de la religión y luego vestirse con los colores y formas descritos por una religión dada... históricamente seguro que ha sido así.


Para saber más sobre los "memes": 
http://es.wikipedia.org/wiki/Meme

jueves, 24 de marzo de 2011

Indefensión



Hoy he sentido indefensión ante un par de esas empresas de las que todos dependemos. En este caso ha sido luz-gas, pero podría haber sido cualquier otra: luz, gas, teléfono, banca...  

Porque otras cosas no son imprescindibles, yo no estoy obligado a comprar un determinado tipo de ropa o un televisor, pero las ya mencionadas, a ver quien es el listo que se libra de ellas.

Sea como fuere, se me ocurre, ¿no puede hacer algo la administración para defender los intereses de los ciudadanos? Pues esto se me ha ocurrido, y lo he remitido al Buzón ciudadano del Ayuntamiento. ¿Servirá para algo? Ah... misterio, misterioso...

Aquí esta la transcripción del mensaje:


Buenas,

A lo largo de mi vida me he visto en una situación de indefensión siempre que he tenido que negociar, reclamar o consultar cualquier cosa con una compañía de luz, gas, teléfono, etc. A pesar de informarte, siempre parece que a uno lo están engañando. ¿No hemos tenido todos esta sensación alguna vez?

El problema suele ser que las COMPAÑÍAS son mucho más grandes que los clientes, y que nuestro tiempo no está reservado para realizar tediosos papeleos que no alcanzamos a comprender, ni para esperar a que nos hagan caso, eso si nos hacen caso...

Por otro lado, cumpliendo con la legalidad, nos informarán en un correcto lenguaje jurídico. Lenguaje que siempre va a ser obtuso, y no nos deja claro si estamos consiguiendo una buena oferta o vendiendo nuestra alma a una de estas grandes compañías.

Así las cosas, ¿no podría la administración crear un punto de información/revisión de nuestros contratos?

Un personal con conocimientos jurídicos básicos y que se informe puntualmente de las ofertas del mercado podría ser de gran ayuda. Al fin y al cabo, todos los ciudadanos queremos lo mismo: conseguir un contrato que nos permita ahorrar lo máximo posible.

La situación actual, con mercados liberalizados, se me antoja más parecida a un bazar o mercadillo que a otra cosa; solo que en este caso me veo obligado a comprar la mercancía de unos puestos que se me antojan demasiado parecidos entre sí y cuyo idioma no entiendo.

Y eso me hace sentir INDEFENSIÓN.
 
 
 

domingo, 20 de marzo de 2011

Vida Experiencia Sabiduría Felicidad



vida
(Del lat. vita).  
1. f. Fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee.
2. f. Estado de actividad de los seres orgánicos. 
3. f. Unión del alma y del cuerpo. 
4. f. Espacio de tiempo que transcurre desde el nacimiento de un animal o un vegetal hasta su muerte. 
5. f. Duración de las cosas. 
6. f. Modo de vivir en lo tocante a la fortuna o desgracia de una persona.
7. f. Conducta o método de vivir con relación a las acciones de los seres racionales. 
8. f. Ser humano. 


experiencia. 
(Del lat. experientĭa). 
1. f. Hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo. 
2. f. Práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo. 
3. f. Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas. 
4. f. Circunstancia o acontecimiento vivido por una persona. 
5. f. Experimento.


felicidad. 
(Del lat. felicĭtas, -ātis). 
1. f. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. 
2. f. Satisfacción, gusto, contento. Las felicidades del mundo 
3. f. Suerte feliz. Viajar con felicidad


sabiduría. 
1. f. Grado más alto del conocimiento. 
2. f. Conducta prudente en la vida o en los negocios. 
3. f. Conocimiento profundo en ciencias, letras o artes. 
4. f. Noticia (conocimiento).


Estas son cuatro palabras que significan mucho para mi, es por ello que decidí buscarlas en la RAE. Es una gran verdad que sin palabras no hay pensamiento, y que si no podemos definir el difuso mundo de las ideas, no seremos capaces de comprender lo que nos rodea o a nosotros mismos. Es sorprendente cómo la mayor parte de las discusiones profundas tienen su origen en una diferencia del significado que se le da a un termino y otro. Ante una discusión, lo mejor es dejar claro en un primer momento a que hacen referencia cada uno de los términos sobre los que discutimos; muchas veces esto es suficiente para impedir que se produzca tal enfrentamiento dialéctico.


Pero retomando el hilo inicial, estas palabras llevan en su conjunto lo que para mi es el SIGNIFICADO DE LA VIDA. 


He de reconocer que escribir sobre algo tan inefable, o transcendental no ha por menos que causarme un gran respeto, o miedo, o esa sensación de ser un niño entrando en uno de los cuartos de la casa que sólo esta destinado a los mayores. Sin embargo, creo que necesito escribir sobre esto, aunque sea para dar forma a los difusos pensamientos que serpentean desde años en mi mente.

Pues bien, tal y como reza el título de esta entrada, a través de vivir y experimentar creo firmemente que puede alcanzarse la sabiduría, lo cual puede llevarnos a vivir en felicidad. Este pensamiento indudablemente sencillo a pesar de su trascendencia, forma el prisma a través del cual puedo componer el resto de ideas que pueblan mi ideario. Así de sencillo y así de complejo.

Supongo que podría profundizar aún más sobre ello, pero no es mi objetivo. Lo que me ha llevado a pensar sobre ello, ha sido un hecho desagradable que me ha inducido a reflexionar sobre la vida y el tiempo. Para mi desgracia, he podido observar de cerca a personas experimentadas, supongo por su avanzada edad; vivas, bueno, biológicamente no cabe duda de su vitalidad; y que, no obstante, no parecían ni felices, ni sabias. 

Esto me pareció desconcertante, desagradable y triste.

Tal vez haya equivocado mis ideas, tal vez no sea así, o quizás tan sólo se trate de una potencialidad de nuestro ser que no tiene porque darse... quien sabe. 


De momento sólo queda una pregunta que torture mis pensamientos, ¿qué es lo que impide encontrar una gota de felicidad o siquiera un atisbo de sabiduría a lo largo de lustros de existencia?





viernes, 25 de febrero de 2011

"Tsuba": guarda que protege la mano que empuña



Con las rapidas notas que había podido tomar de las piezas expuestas, Piero comenzó a analizar las pistas que podrían sacar a relucir aquella espada que buscaba. Había bastantes que por sus características y época de fabricación podrían ser candidatas a esconder un poder oculto desde tiempo atrás, pero sólo una fue creada con la doble misión de servir como arma y contenedor de un Nephilim, uno de aquellos seres arcanos tan peligrosos. 

Lamentablemente, en el Metropolitan nunca le permitirían realizar las pruebas que lo sacarían de dudas, esgrimir cada una de las piezas. Su capacidad para sentir el acero, algo que aprendió tras años de práctica marcial, le permitiría diferenciar el arma aún con los ojos cerrados, así de especial era aquella que buscaba. Por si fuera poco, si sus cálculos no eran erroneos, no gozaba de excesivo tiempo para preparativos antes de que la conjunción fuera la adecuada. Gracias al Sino contaba con Emily. Ella sería capaz de alcanzar la pieza que deseaba y examinarla en profundidad. Gracias a su don, lo que la convertía en una iniciada, lo que la convertía en los labios de un oraculo de Selene.

Piero recordaba bien el día en que se conocieron. Como si la voluntad de un simple mortal fuera más fuerte que el destino, había partido de su casa para recorrer los quinientos kilómetros que lo separaban del lugar de investigación con la certera intención de encontrar a una amante en su viaje. Nada más verla se sintió atraido por ella, aunque no llegó a vislumbrar ni de cerca lo que escondían aquellos ojos bonitos. Ella era un enlace, nada más, por lo que no se implicó demasiado en la investigación y se mantuvo en un discreto segundo plano todo el tiempo. El equipo de Piero se había desplazado con una considerable potencia de combate, algo que al final resulto innecesario, llegando a frustrar a algunos de los miembros más impetuosos del equipo. Sin embargo fue precisamente la tranquilidad de no encontrarse bajo ningún tipo de amenaza lo que permitió que  Piero y Emily se conocieran, y que pasasen su primera noche juntos.

Lo que marco la diferencia entre un encuentro de una sola noche y algo más, fue algo que ambos hicieron, o no hicieron, en el caso de Piere. Para Emily fue el tierno abrazo en el que se fundieron, como si fuesen de una misma carne, con sólo eso basto para que sus sentimientos hacia Piere despertasen. Así de sencillo. Unicamente abrazados en la incomoda litera del piso franco, ajenos a un mundo que podía despertar los mayores terrores sobrenaturales que las pesadillas de los hombres pudieran imaginar, durmieron hasta bien despertado el día. Para él, sin embargo, fue un gesto casi imperceptible, pero de mucha transcendencia el que le llevo a sentir algo más por aquella mujer. Las amplias capacidades cognitivas de Emily la guiaron hasta el punto exacto donde un ser de alma torturada había herido a Piero por última vez. Una herida desgarradora que trascendía de lo mundano y que aún sangraba más allá de las capas de piel de Piero. Una herida que sanó con un suave beso, el primero que le ofreció, el más significativo de todos lo que más tarde compartirían.

Una vez más, Piero recordaba aquel tiempo con cariño, y tal vez algo de pesar. Pues a pesar de lo intenso de su relación, nunca se permitió que las circunstancias de ambos fuesen ignoradas. Él, un Siervo de Neit; ella una Vidente de Selene. Dos mundos demasiado diferentes para permitir una unión así. Y sin embargo, muchas veces se preguntaba si en realidad era tal la dificultad a la que se hubieran enfrentado. Al fin y al cabo, ambos eran voluntades fuertes capaces de dominar las más arcanas disciplinas. 

Especialmente dañina para Piero era la sensación de que unicamente hubiera sido su miedo lo que impidió tal unión. En realidad, cuando lo reflexionaba, era consciente de que todos aquellos dones de Selene lo aterrorizaban. Nunca quiso aprender nada sobre la transmigración, nunca quiso pensar en abandonar su envoltorio carnal y hasta era incapaz de retener el escalofrío que sentía cada vez que Emily le contaba que habían dormido juntos, a pesar de encontrarse cada uno en una punta del estado. Tal vez fuera ese miedo lo que lo apartó de ella. El miedo a esa otra faceta de lo desconocido, la parte más metafísica, aquella que escapaba del mundo físico que tanto dominaba a golpe de acero.
 
De cualquier modo, poco importaba todo eso entonces, sus vidas habían seguido caminos diferentes y ella había unido su vida a la de otro; algo que Piero no estaba dispuesto a olvidar, a pesar de que ese otro fuera  alguien como Charly.




lunes, 21 de febrero de 2011

Sobre la sangre Valyria

Hace mucho tiempo, antes de la Era del ocaso, aquella que precede a la nuestra, la Era sin dragones; se extendió por las montañas de todo Northern una majestuosa estirpe, el pueblo de la Antigua Valyria, que para entonces ya era viejo. Este pueblo habitaba en las altas montañas, sobre picos inhóspitos, en fortalezas talladas en la propia roca que se elevaban como agujas hacia el cielo. Y era de este modo, puesto que eran las montañas la fuente de su enorme poder, desde donde reinaban sobre el resto de seres de la creación.

No era el caso de todos los hijos de Valyria, pero es cierto que muchos de entre ellos contaban con portentosas capacidades mágicas que utilizaban para mayor gloria de su pueblo. 

El más antiguo saber de estos dotados fue el de la Geomancia. Era esta una capacidad mágica tal que les permitió elevar sus fortalezas sobre las cimas de las más altas montañas, asentadas en riscos imposibles, ofendiendo majestuosas a la ley de la gravedad.

Otros de estos dotados dominaban el arte de la Piromancia, el arte de entender el fuego. Gracias a este poder descubrieron artes alquímicas y metalúrgicas que sólo ellos eran capaces de dominar, pues cualquier otro mortal hubiera fenecido ante las temperaturas alcanzadas por sus obras. Los más grandes piromantes llegaban a trabajar en las mismísimas entrañas de la tierra, sirviéndose de la lava fundida que emana de los volcanes de profundidad. Conocido por todos es el resistente acero valyrio, un material que se forja con magia a gran profundidad y que da lugar a las mejores armas y armaduras que se pueden encontrar en todo Northern.

Y por último, aquellos dotados que fueron la insignia de la Antigua Valyria por el terrorífico poder de que hacían gala: controlaban a la más temible criatura surgida de los fuegos de la tierra, los dragones. Estos eran los Dracomantes.







martes, 25 de enero de 2011

Optimismo catastrofista



En primer lugar decir que esta entrada puede hacer referencia a diversas situaciones. Esto es, esta reflexión surge del estudio de las catástrofes naturales y humanas que se sufren en el medio ambiente. Pero creo que también puede aplicarse directamente a las sociedades humanas, parte de esa gran naturaleza, al fin y al cabo.

El termino "Optimismo catastrofísta" busca definir una postura optimista ante las catástrofes, verdadero motor del cambio. Asumiendo el cambio como algo positivo frente a una situación degradada o inestable que sólo puede desembocar en catástrofe. 

Comenzando por una escala planetaria, pondré el ejemplo de la aparición de la atmósfera rica en oxígeno en nuestra biosfera. Supuso una catástrofe teniendo en cuenta que se trataba de un elemento de desecho, incluso tóxico, de los metabolismos existentes. En un entorno superpoblado como lo eran los antiguos mares del Precámbrico, causó la muerte a un número importante de formas de vida. Sin embargo, de esta catástrofe surgieron las nuevas formas de vida que utilizaron este tóxico elemento como recurso. El primer paso para nuestra existencia.

En una escala social, hay teorías que apuntan que los largos y duros invierno de finales del s. XVIII crearon una situación de hambruna tal que acuciaron una situación insostenible en la Francia pre-revolucionaria. Sólo entonces se tomó la resolución de acabar con un régimen que venía funcionando desde la Edad Media y que en poco valoraba al conjunto de los habitantes de un país. Las consecuencias de este evento catastrófico son de sobra conocidas por todos.

Y por último, en una escala meramente personal. Una pareja puede mantenerse por tiempo indefinido sumida en la mediocridad, sin sufrir ni alegrarse por nada, mientras no haya algo que trastoque sus cimientos. O peor aún, puede sufrir en compañía por temor a la catástrofe que supone la ruptura. Sólo cuando la situación sea insostenible y la catástrofe inevitable se darán los pasos hacia una situación mejor.

Dicho todo esto, considero que hay que ser optimista ante la catástrofe. Y hasta estoy dispuesto a pensar en que luchar contra la corriente que nos lleva hacia la destrucción, es tan sólo oponerse al cambio que renueve una situación insostenible. No pretendo con esto decir que haya que dejarse llevar, o incluso que haya que favorecer la catástrofe; pero si que haya que entender que el cambio no suele producirse sin un suceso catastrófico, entendiéndolo como una situación insostenible.

El único problema para todo esto es que en caso de que nos toque soportar la catástrofe, por muy positiva que esta sea para evolucionar, estamos jodidos.


PD: No quisiera que nadie relacionase esto con creer necesario un acontecimiento violento para favorecer el cambio. Las situaciones insostenibles son una catástrofe en sí mismas y creo que pueden resolverse sin causar una mayor destrucción. Los ejemplos han sido elegidos por ser los más impactantes, espero que los haya menos violentos...

miércoles, 5 de enero de 2011

Espacio parelelo o multiverso



Localizador universal de un elemento n-dimensional

Dentro de un universo dado n-dimensional, donde se puede definir un objeto, sujeto o ente como un punto con n-coordenadas, se puede llegar a establecer una reducción dimensional de forma que dicho elemento quede definido por una coordenada que se repite en los n universos paralelos existentes. 

coordenadas: x, y, z, t, w ... n

Es decir, todo elemento conserva un referente dimensional a través de todos los universos paralelos, de tal manera que este referente nos puede servir de indentificador o coordenada si se trabaja con diferentes universos; siempre y cuando el identificador de cada universo venga señalado con un subíndice que lo relacione con cada universo. De esta manera se pueden localizar elementos que comparten una base común dentro de varios de los universos existentes o multiverso.

coordenadas: w1, w2, w3, w4, ... wn


La variabilidad natural del multiverso nos dará elementos diferentes en base a la variación de las coordenadas del resto de dimensiones presentes en cada universo, pero manteniendo este identificador universal. Normalmente el desplazamiento a través del eje de dos coordenadas no pertenecientes al localizador, nos permiten encontrar la gran mayoría de espacios paralelos que no escapan de la ley de inevitabilidad probailística.

Ley de inevitabilidad probabilística

Para todo suceso dado se crean n probabilidades cuando n tiende a infinito. Sin embargo, debido a causas de inevitabilidad probabilística, no todas las probabilidades guardan la estabilidad necesaria para llegar a producirse, sin importar lo diversas de las condiciones del multiverso.




lunes, 3 de enero de 2011

Nuevo año, viejos temas


Nuevo año y revisión de proyectos que quedaron en la lista de tareas pendientes, lamentablemente, he llegado a la conclusión de que no puedo cumplir con algo que prometí hace ya bastante tiempo.(http://arenasrachidia.blogspot.com/2009/05/buffet-religioso.html)

He estado estudiando las bases de unas cuantas religiones, he pensado largo y tendido sobre ello y he llegado a dos conclusiones. La primera es que toda religión asume unos principios básicos que atañen a la esencia del ser humano y que permiten la convivencia social. Esto es, "No matarás", "Respetarás al prójimo"... etc. Principios éstos que se encuentran presentes en la moral de la mayoría dee los humanos, Dios o no mediante, a los que se podría denominar principios morales fundamentales.

En segundo lugar presentan una serie de ritos, normas o comportamientos que, aún siendo de segunda categoría respecto a los principios morales fundamentales, son lo que marcan la pertenencia o no a determinada religión. Son aquellos comportamientos que dan base a la religión, como comportamiento gregario de la humanidad. Toda espiritualidad que se escape de este tipo de práctica, es a mi entender ajena a la religión.


Ahora bien, examinados estos comportamientos religiosos, no les encuentro otra función que la de inducir un sentimiento de pertenencia y la de ayudar a los dirigentes de una religión dada para encauzar las vidas de sus fieles. No pretendo con esto realizar un juicio peyorativo de los mismos, pero me parece increible que ciertos ritos puedan tener cierta relevancia para la deidad que preside esas religiones.

A saber, el modo de encender una vela el viernes antes del sabbat judío, el hecho de taparse la cabeza o no, la ropa que ha de llevarse o no, el número de oraciones que han de repetirse... y un largo etcetera de ritos o comportamientos que pueden encontrarse en las diferentes religiones.

Lo que he echado en falta en la religión han sido consejos o ayudas para resolver conflictos normales entre uno mismo consigo mismo y con los demás. La máxima de "Amarás a tu prójimo" es demasiado amplia como para ser un buen consejo; y ni en "Amarás a [insertar deidad] sobre todas las cosas" ni en la miriada de ritos existentes he podido encontrar una vía útil para desarrollarse como ser humano consciente de sí mismo.

A modo de resumen, lo único que he encontrado en la religión son dos cosas: unos principios morales fundamentales básicos, también presentes en la carta de derechos humanos; y unos ritos que permiten diferenciar entre seguidor o no de cada determinada religión. Con estos datos el test que quise formular queda bastante sencillo:

Opción A: Espiritualidad con religión.

Opción B: Espiritualidad sin religión.

Opción C: Agnosticismo.

Opción D: Ateismo.

Y aún creo que he introducido demasiadas opciones... respecto a que religión elegir, normalmente la que nos enseñan por lugar de nacimiento, si no, la que más nos guste, aunque comprendo que así pierde mucho ese rollito místico de religión poseedora de la verdad revelada.