Regreso del exilio, una vez más, y si esta vez no se trataba de un necesario alejamiento del mundo, vuelvo a sentirme extraño al cambiar de los aires que una escarpada cordillera separa.
Es extraño como se echa de menos las cosas que uno reencuentra, como, de súbito, cobra sentido la melancolía que se sufre sin motivo aparente. Como, en el momento de recuperar lo extrañado, se es consciente del tiempo de carencia sufrido.
Vuelvo al hogar, una vez más, a este lado de la cordillera escarpada.
Es extraño como se echa de menos las cosas que uno reencuentra, como, de súbito, cobra sentido la melancolía que se sufre sin motivo aparente. Como, en el momento de recuperar lo extrañado, se es consciente del tiempo de carencia sufrido.
Vuelvo al hogar, una vez más, a este lado de la cordillera escarpada.
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