miércoles, 12 de agosto de 2009

Literatura a granel



Desde hace ya un tiempo se puede ver esta escena en cualquier librería de éxito,

Una aficionada lectora se hacerca al dependiente:

- Buenas, ¿tiene algo fresco?
- Si señora, primeras ediciones, frescas, frescas, recientitas de imprenta.
- Bien, pues queria 300 páginas de novela histórica, 200 de historia de amor y unas 450, 500 páginas de acción, que siempre acompaña bien.
- Muy bien, y no querría también unas pocas páginas de intriga, la tengo muy buena.
- Esta bien, pongame unas pocas, unas 150, no más.

Total, una fantástica novela de éxito de unas 1000 páginas, que si no, no cunde.

Esta claro que, de momento, esto no es así, pero parece que poco falta. Esta de moda, y eso no creo que nadie me lo discuta, lo que yo denomino "literatura a granel"; me explico, no parece que exista una novela que no este bien "engordada" hasta, como mínimo, las 500 páginas.

¿Es que no existen magníficos libros de 100 o 200 páginas? Y no es que desprecie un libro sólo por la cubierta, o en este caso, por su grosor; pero ya van unos cuantos "paquilibros" que me han decepcionado sobremanera por el exceso de "paja". Calculo que algunos tienes hasta 300 páginas de pura celulosa, sin ningún valor argumental, unicamente allí puestas para conseguir alcanzar el grosor suficiente para ser un best-seller. Y desde luego estoy harto.

Ultimamente cuando encuentro uno de estos libros decido usar una lectura "ultra-rápida". Esto me permite avanzar hacia el argumento de la historia ignorando páginas y páginas sin contenido. ¿Como lo hago? Facil, leo una y cuento veinte. Parecera mentira, pero funciona. A fuerza de tener que meter paja, los escritores repiten una y otra vez la historia sucedida haciendo que se la cuenten una y otra vez unos personajes a otros. De tal manera que es casi imposible no enterarte de algo sucedido en las páginas anteriores aunque no las hayas leido. Es triste, pero cierto.

De todos modos, no creo ni mucho menos que esta sea la mejor solución posible. Este tipo de lectura es más parecido a una especie de saqueo que a un disfrute de lo que pueda ofrecernos un libro. Asi que me hago yo esta pregunta, ¿no puede usted, señor escritor, ahorrarse horas y horas de trabajo rellenando hojas y hojas de historia intrascendente, para que yo me ahorre horas y horas de lectura aborrecible?


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