lunes, 18 de octubre de 2010

Si yo fuera rico... tara ri ra ri ra ri



No volveré a repetirme al definirme como raro, pero el encontronazo que he sufrido hoy con la normalidad me ha dejado verdaderamente trastocado.

Pongámonos en situación, dentro de mi plan magistral para formar parte del bureau, asisto a clases de vasco, en las que puedo conocer gente de lo más variopinta, o mejor dicho, normal. Pues bien, hoy ha surgido el tema del dinero, o para ser más exactos, la idea de tener el dinero suficiente para no volver a trabajar. Dejando aparte los tópicos sobre si el dinero trae la felicidad o no, la mayor parte de la gente ha compartido la opinión de que, en el caso de tener tanto dinero, se aburrirían de no hacer nada.

Supongo que hasta aquí nada es necesariamente extraño, pero si se profundizaba en la idea, relucía un planteamiento espeluznante, por lo menos a mi entender. Se trata de lo siguiente, se aburrirían al carecer de un objetivo en la vida; objetivo que actualmente consiste en trabajar duro para poder acceder a la compra de un coche, en primer termino, y una casa en segundo.

De nada ha servido el proponerles viajar a lo largo y ancho de este mundo, puesto que también les terminaría cansando. Qué decir de estudiar algo de su interés, el estudio es visto únicamente como una vía para logar un trabajo cualificado. Ni siquiera he intentado explicarles la multitud de objetivos personales que se pueden desarrollar sin las limitaciones impuestas por tener que trabajar para ganarse el pan, o coche o lo que sea.

Todo esto me ha dejado francamente impresionado. Y aún ahora, cuando escribo estas lineas, me cuesta entender que haya personas cuyo único objetivo en la vida sea conseguir un trabajo para poder obtener coche y casa. 

De todas formas, lo que si entiendo es la soledad y sentimiento de hallarse perdido, a la deriva, de alguien que decide reflexionar sobre su propia vida desechando cualquier salvavidas emocional o camino mil y una veces recorrido por sus pares. Supongo que es el rechazo a esta angustia vital la que nos hace seguir las marcas dejadas por otros antes que nosotros, como una garantía de seguridad, aunque sea un camino marcado hacia el precipicio.



3 comentarios:

  1. O que uno ha dicho eso, y los demás, para no quedar mal y aparentar que les importa más un trabajo digno por un sueldo probablemente no tan digno que recibir dinero del cielo, pues se han subido al carro. Yo, no creo que me aburriera, si te aburres por no trabajar por un sueldo, es que pocas ilusiones tienes en la vida, no?

    ResponderEliminar
  2. De acuerdo con el último comentario.
    Nos formamos mientras crecemos y pensamos que el primer lugar donde vamos a acabar es en el que nos mantendremos por los restos.
    Pero la vocación es muy distinta.

    Y el destino (O la vida como intervalo) muy caprichoso.

    ResponderEliminar