lunes, 3 de enero de 2011

Nuevo año, viejos temas


Nuevo año y revisión de proyectos que quedaron en la lista de tareas pendientes, lamentablemente, he llegado a la conclusión de que no puedo cumplir con algo que prometí hace ya bastante tiempo.(http://arenasrachidia.blogspot.com/2009/05/buffet-religioso.html)

He estado estudiando las bases de unas cuantas religiones, he pensado largo y tendido sobre ello y he llegado a dos conclusiones. La primera es que toda religión asume unos principios básicos que atañen a la esencia del ser humano y que permiten la convivencia social. Esto es, "No matarás", "Respetarás al prójimo"... etc. Principios éstos que se encuentran presentes en la moral de la mayoría dee los humanos, Dios o no mediante, a los que se podría denominar principios morales fundamentales.

En segundo lugar presentan una serie de ritos, normas o comportamientos que, aún siendo de segunda categoría respecto a los principios morales fundamentales, son lo que marcan la pertenencia o no a determinada religión. Son aquellos comportamientos que dan base a la religión, como comportamiento gregario de la humanidad. Toda espiritualidad que se escape de este tipo de práctica, es a mi entender ajena a la religión.


Ahora bien, examinados estos comportamientos religiosos, no les encuentro otra función que la de inducir un sentimiento de pertenencia y la de ayudar a los dirigentes de una religión dada para encauzar las vidas de sus fieles. No pretendo con esto realizar un juicio peyorativo de los mismos, pero me parece increible que ciertos ritos puedan tener cierta relevancia para la deidad que preside esas religiones.

A saber, el modo de encender una vela el viernes antes del sabbat judío, el hecho de taparse la cabeza o no, la ropa que ha de llevarse o no, el número de oraciones que han de repetirse... y un largo etcetera de ritos o comportamientos que pueden encontrarse en las diferentes religiones.

Lo que he echado en falta en la religión han sido consejos o ayudas para resolver conflictos normales entre uno mismo consigo mismo y con los demás. La máxima de "Amarás a tu prójimo" es demasiado amplia como para ser un buen consejo; y ni en "Amarás a [insertar deidad] sobre todas las cosas" ni en la miriada de ritos existentes he podido encontrar una vía útil para desarrollarse como ser humano consciente de sí mismo.

A modo de resumen, lo único que he encontrado en la religión son dos cosas: unos principios morales fundamentales básicos, también presentes en la carta de derechos humanos; y unos ritos que permiten diferenciar entre seguidor o no de cada determinada religión. Con estos datos el test que quise formular queda bastante sencillo:

Opción A: Espiritualidad con religión.

Opción B: Espiritualidad sin religión.

Opción C: Agnosticismo.

Opción D: Ateismo.

Y aún creo que he introducido demasiadas opciones... respecto a que religión elegir, normalmente la que nos enseñan por lugar de nacimiento, si no, la que más nos guste, aunque comprendo que así pierde mucho ese rollito místico de religión poseedora de la verdad revelada.

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