martes, 23 de julio de 2013

Los duelos de Caladan


A pesar de tratarse de una serie de duelos con armas negras entre luchadores no profesionales, Al-Saif acudía siempre que le era posible a los famosos duelos de Caladan. Años atrás había logrado fama y prestigio luchando en estos duelos. Sin embargo, ahora, endurecido en combates mucho más peligrosos, se le antojaban un divertimento más que un verdadero desafío. Aún así, principalmente debido a la estrecha relación con los señores de Caladan, solía acudir y participar en algunas de sus categorías, para disfrute de quienes lo veían combatir y desgracia de quienes debían enfrentarse a su esgrima.

Muchas veces se había dicho a sí mismo que no volvería a competir en estos duelos, precisamente por considerar que sus saberes lo situaban en una posición un tanto comprometida. Esto se debía a que, como es sabido, poco honroso es el enfrentamiento entre el maestro de un arte y practicantes noveles de la misma. No obstante, incitado por el señor de Caladan en persona, siempre acababa por lidiar en una de las varias categorías de estos duelos, haciéndose con el máximo galardón todas las ocasiones sin excepción. Al fin y al cabo, el buen ambiente solía ser suficiente para que esta circustancia no afectase al evento y que animase a los lugareños a mejorar año a año dispuestos a enfrentarse al imbatible Al-Saif.

Así pues, un año más acudió a Caladan dispuesto a disfrutar del ambiente festivo, visitar a sus señores y confraternizar con los luchadores que se acercaban de las más remotas regiones con motivo del evento.


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