sábado, 10 de abril de 2010

Un antiguo lugar


Era un lugar antiguo, desolado y frío a causa del abandono y el paso del tiempo. Los antaño imponentes muros repletos de vidrieras que dejaran pasar la luz, hoy aparecían vestidos de maleza, y poco quedaba en los vanos de sus amplios ventanales que demostrase su antiguo esplendor. Las pesadas y blancas losas de mármol de sus suelos habían perdido su color allí donde las grietas habían permitido el paso del agua y la suciedad; dando un aspecto mucho más antiguo y desolado a lo que fueran los blancos corredores de una gloriosa orden con cerca del centenar de miembros. Y sin embargo, aquí y allá quedaban restos de sus antiguos moradores: muebles carcomidos, viejos manuscritos, cirios dispersos, libros perdidos en el recuerdo... La caída de este lugar no fue repentina, pero su abandono paulatino dejó muchos restos que a nadie preocupó salvaguardar, y de todas formas, a nadie importaba ya todo aquello.Hasta hoy.

El desconocido se introdujo por las grandes puertas de sellos corrompidos y, en silencio, caminó despacio entre la desolación reinante. Tan sólo sus suaves pasos sobre las losas de piedra lo acompañaban en su recorrido, pues nada había allí que pudiera hacerle mejor compañía. Sin embargo, no era así...

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