sábado, 10 de abril de 2010

Una historia de hace mucho tiempo...



Esta es la historia de algo que fue, o que pudo ser, hace mucho tiempo, en otro mundo muy cercano a este, tan cercano que casi podía vivirse en este y en ese mundo a un tiempo, es la historia del mundo de Iggdrassil.

Yo no lo viví, tan sólo fui un espíritu pasajero, un invitado que pudo recorrer este mundo sin las ataduras de un cuerpo o un alma. Pero gracias a ello pude ver donde otros no podían, conocer mucho más de lo que se podía percibir con los sentidos naturales y ahora puedo escribir todo lo que de lo contrario quedaría en el olvido, pues cuerpos y almas mueren, se pierden en el polvo, y sus recuerdos con ellos.

Pues bien, supongo que habré de empezar por el principio, y supongo que ese principio fue el Demiurgo. Fue él quien lo creó todo, no era un dios, tan sólo un siervo de quien sabe que fuerzas, y bajo su auspicio, fue creado ese mundo. No lo creo de la nada, pues es algo imposible para un ser de su naturaleza, pero fue quien insufló vida a tal creación, aunque su origen se perdiese en las fuentes de los tiempos.

Utilizó materias primordiales, agua, fuego, tierra y aire, nada excepcional desde luego; a los que añadió un quinto elemento: la magia, el éter o como también fuera conocido, luna. Con esta mezcla creo todo lo que era, tanto viviente como inerte, y a cada uno de estos ingredientes dio una consciencia, de esta manera las criaturas que aparecieron pudieron adorar a unos dioses oriundos de su  propio mundo.

Creado todo esto, el Demiurgo descansó, esperando que los seres despertaran sus consciencias y comenzasen a vivir y sentir en este mundo, y esperando también a que comenzasen a relacionarse entre ellos.
 Y así, de esta relación de tantos seres afines y opuestos, fue como empezó rodar el mundo, a recorrer el vacío gracias a la fuerza del conflicto.

El primer conflicto fue inevitable y se basó en los elementos primigenios, los que vendrían más tarde serían consecuencia de este primero, y fruto de la aparición en el mundo de nuevas consciencias, gracias al despertar de los seres; pero eso de momento, se escapa de la crónica del principio, por lo que lo dejaremos para más adelante.



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