martes, 14 de julio de 2009

Si te gusta conducir...


La semana pasada pregunte qué era lo que vendían los anuncios de coches. Esos en los que no se habla en ningún momento del coche en sí, ni de sus prestaciones, ni de su consumo, ni de nada que tenga nada que ver con el bendito modelo de coche que supuestamente anuncian.

Como bien dijo un lector, parece ser que venden libertad, felicidad, aventura, quien sabe si un ligue... Y es verdad, no venden coches. O por lo menos no un coche en específico, no un modelo, no una marca.

Pero creo que van un poco más allá de una emoción, una aventura, un ligue (eso también lo ofrecen hasta algunos champús), venden un estilo de vida. Venden el "yo tengo coche". El "yo tengo poder porque tengo coche".

Y sin embargo me resisto a pensar que este modo de vida sea imprescindible (aún a pesar del desastroso sistema de transporte público). No creo que sea necesaria una máquina de una tonelada para transportar a una persona de su casa al trabajo, o a recoger a los niños, o a por el pan... Y sin embargo ahí esta este estilo de vida, por todas partes, sólo hay que ver cualquier calle de ciudad para ver hasta que punto es verdad esto, estamos rodeados de coches, inundados de coches, ahogados entre ellos.

La realidad es que en España el principal gasto de cada persona, después de la vivienda, es el coche; sin importar marca o modelo, ni las prestaciones que tenga.

Y es que parece ser que todos nos hemos tragado el anuncio que nos invita a ser "libres" de pagar un coche.



1 comentario:

  1. Je je! muy bueno tu análisis. Lo cierto es que hay varias visiones de este nuestro medio de transporte por excelencia.
    Una quizás es el aspecto más práctico y cómodo a la hora de hacer todas esas cosas de la vida cotidiana que "nos fastidian", por así decirlo; ir a trabajar, llevar a los niños al colegio, hacer las compras...el coche puede que nos facilite el realizarlas, aunque a veces no sea cierto, y creamos esa cierta dependencia real o irreal del vehículo. Esta puede ser una linea de publicidad y de ventas.
    Otra es la de hacer que veas el coche como una vía de escape, un espacio propio de intimidad y libertad que se convierta en tu aliado, en tu cómplice...algo que quieres y que te gusta. (A pesar de que vas a ser esclava del mismo, de la letra mensual y de su cuidado...lo cual te quita parte de esa aparente libertad)

    Yo si me considero tentada por la segunda linea de pensamiento a la hora de decidir tener un coche o no. Para mí poder coger el coche cuando quieras, sin horarios, sin esperas y presentarte en casa de un amigo que vive lejos y te necesita o al que necesitas en un período relativamente corto de tiempo...no tiene precio. Y eso es libertad.

    Pa!

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